La tos ferina, también conocida como tos convulsiva, es una infección respiratoria altamente contagiosa causada por la bacteria Bordetella pertussis. Aunque puede afectar a personas de todas las edades, es particularmente peligrosa en bebés y adultos mayores. Detectarla a tiempo es clave para evitar complicaciones graves. A continuación, te explicamos cómo reconocer sus síntomas y por qué puede ser mortal en algunos casos.
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¿Cuáles son los síntomas de la tos ferina y cómo distinguirla de una tos normal?
Uno de los principales problemas con la tos ferina es que en sus primeras etapas puede confundirse con un resfriado común. Los primeros síntomas suelen incluir:
- Moqueo nasal
- Congestión
- Estornudos
- Fiebre baja
- Tos leve
Sin embargo, conforme avanza la enfermedad, la tos se vuelve intensa y persistente. A diferencia de una tos normal, la tos ferina se presenta en episodios incontrolables que pueden durar varios minutos y dejar a la persona sin aire. En muchos casos, se escucha un sonido característico similar a un “silbido” al intentar respirar después de un ataque de tos.
En bebés, la tos puede ser mínima o incluso inexistente, pero pueden presentar pausas en la respiración (apnea), lo que la hace especialmente peligrosa en esta población.
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¿Cómo afecta la tos ferina?
La tos ferina no solo provoca una tos persistente; también puede llevar a complicaciones serias, especialmente en personas con sistemas inmunológicos débiles. Entre los efectos más comunes se encuentran:
- Vómitos después de los ataques de tos
- Fatiga extrema
- Dificultad para respirar
- Dolor en el pecho debido a la fuerza de la tos
En casos graves, la tos ferina puede causar neumonía, convulsiones y daño cerebral debido a la falta de oxígeno en el cuerpo.
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¿Por qué la tos ferina puede ser mortal?
En los bebés menores de seis meses, la tos ferina puede ser mortal porque sus vías respiratorias son más estrechas y tienen dificultades para expulsar la mucosidad acumulada. Además, la apnea puede provocar falta de oxígeno prolongada, lo que aumenta el riesgo de daño cerebral y muerte súbita.
Los adultos mayores y personas con enfermedades respiratorias previas también están en riesgo, ya que pueden desarrollar neumonía o insuficiencia respiratoria.
Para prevenir la tos ferina, es fundamental la vacunación, especialmente en bebés y mujeres embarazadas. Si presentas síntomas sospechosos, consulta a un médico de inmediato para recibir tratamiento oportuno y evitar la propagación de la enfermedad.
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