El estornudo es un acto reflejo, por lo tanto es incontrolable, como también lo es el cerrar lo ojos o mover la cabeza al momento de estornudar. Mediante el estornudo, el cuerpo se deshace de sustancias irritantes y nocivas que se encuentran en nuestro sistema respiratorio, y son expulsados rápidamente por la nariz y boca.
Antes de que un estornudo se produzca, inhalamos alrededor de dos litros y medio de aire para que este tenga suficiente potencia, justo después, nuestro diafragma se tensa para que el aire salga con más fuerza, alcanzando los 150 a 180 kilómetros por hora.
Sin embargo, más allá de las explicaciones científicas, el estornudo cuenta con infinidad de mitos y creencias. Y una de las más comunes es, que si llegas a estornudar con los ojos abiertos, estos podrían salirse, pero esto es totalmente falso, aunque si lo haces, tendrás un fuerte dolor en los globos oculares debido a la presión del organismo.
Con el propósito de reprimir un estornudo, los expertos no recomiendan cerrar la boca o apretar la nariz ya que este se haría 20 veces más fuerte, llegando a trasmitir los cuerpos extraños hacia otras zonas del organismo.
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¿Por qué se dice que un estornudo te podría provocar la muerte?
El mito de que al estornudar podrías morir, viene de uno de los libros más leídos, la Biblia en la que de acuerdo a la tradición hebrea, Adán dió su primer estornudo cuando Eva le ofreció la manzana para morderla, interpretándose como una pequeña muerte. Y a partir de este momento surgió la creencia de que si estornudamos, el alma se asentaba en el cerebro y se expedía por la cabeza, anunciando la muerte.
Por ello, cuando las personas estornudan acostumbramos a decir “Jesús” o “Salud”, lo que significa mostrar respeto al que sufre por esa “pequeña muerte”.
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